Tres visiones - Travesía interminable.
Muestra Colectiva de Artes Plásticas.
Mario Sánchez M / Gabriel García Morales / Pedro Sacristán
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La pintura es una experiencia personal, una travesía para el artista y el espectador, donde la subjetividad de ambos completa el carácter de la obra artística. Para el artista representa un desafío expresivo y de ejecución, en tanto que es propio del espectador la proyección e interpretación de la obra.
La pintura es un arte que nació a la luz del fuego y que ha estado presente desde los inicios de la humanidad, cuando el mundo dormitaba bajo gruesas capas de hielo; a lo largo de miles de años se ha desarrollado como un lenguaje propio de la intuición que, en la mayoría de los casos, excede a la palabra.
A inicios del siglo XXI el arte de la pintura continúa vigente, mostrando en su conjunto la visión de la humanidad a través de diferentes estilos y corrientes artísticas.
Las obras que conforman la exposición muestran las inmensas posibilidades de la pintura, tomando como punto de partida el dibujo realista que, a través del claroscuro crea la ilusión de volumen y profundidad, elementos esenciales en el arte preciso del retrato, para culminar en las técnicas de pintura: la acuarela y el óleo, umbrales para la idealización, la fantasía y la abstracción.
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La obra de Gabriel García Morales está compuesta por retratos de carboncillo y pastel, signos del eterno retorno de la pintura al realismo, dando forma circular a la travesía del arte, un uroboros. Ya los romanos solían retratar a las personas del natural, práctica que se abandonó con el tiempo y fue retomada en el trecento italiano para reaparecer en el arte tenebrista del siglo XVII donde destacan las impresionantes obras de Caravaggio. El dibujo de retrato constituye una disciplina de gran dificultad, pues con mínimos recursos, el tono y la saturación, alcanza una de las cumbres del arte: la esencia expresiva del rostro humano.
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Pedro Sacristán describe la identidad mexicana en presente pasado y futuro, donde permanece el eco del colapso entre el viejo y el nuevo mundo, en una búsqueda incesante que surge de la historia, a veces real y otras soñada. Su obra se compone de dibujos, acuarelas y óleo, discurre entre la cosmovisión prehispánica y la fantasía gótica para mostrar al mexicano como un ser universal.
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La pintura al óleo de Mario Sánchez M. oscila entre la abstracción y lo figurativo; con grisallas y paletas cálidas de colores tierra, cuya temática ontológica transcurre en la agitación de los seres que se funden con la atmósfera y emergen algunas veces para aferrarse al anhelo encarnado en la desnudez, lanzando profundas miradas al vacío; una transfiguración que ocurre en el pensamiento, siempre saturado por la emoción de un arte que evoluciona constantemente y toma cuerpo en las regiones crepusculares.
Tres diferentes travesías se entrelazan en la presente muestra, tres personalidades definidas que confluyen en un arte esencialmente humano, indispensable para la construcción de identidades y la transformación orgánica de la sociedad.
La pintura, una travesía interminable.
Pedro Sacristán.